octubre 16, 2009

02 Un buen comportamiento

.
No digo que no lo vuelva a hacer, o que me arrepienta. Pero teniendo tanto tiempo libre,... Los días no iban mal en el orfanato de San Claire. David estuvo más calmado desde que “hablé” con él. De hecho, apenas hablaba desde entonces. Tiempo después pude comprobar que lo hice mal. Pero tampoco lo cambiaría.

Los profesores no sabían enseñar, a veces, ni siquiera sabían dónde esconderse.

- Se ha equivocado, vuelva a empezar.

- ¿Está seguro que la cuenta no es 10.442?

- Segurísimo Andrés, vuelva a empezar o saldrá otro compañero al encerado.

- ¿Y si quita el dedo de las dos primeras cifras del resultado de la calculadora que sujeta junto a su muslo, estaría entonces seguro que la cuenta si es 10.442? – Y enmudeció.

Y yo, bueno, no me portaba demasiado bien. Sabía cómo debía comportarme, pero a veces era tan tentador no hacerlo… Y si daba la nota delante de la persona equivocada, también sabía que me costaría más salir de allí, es decir, de manera legal. Pero lo hice, delante de Miguel, el psicólogo.

Le dio un informe al director. Decidí entonces hacer una visita nocturna a mí expediente: le robé las llaves, entré en el despacho por la noche, cambié algunas cosas de mi expediente, cogí los objetos confiscados que me interesaron y, no sé por qué, pero vi oportuno no “devolver” las llaves, quizás necesitara algo otro día. De todas formas sabía que en el momento en que me pillasen por aquello no quedaría más opción que golpear fuerte, salir corriendo y no mirar atrás.

- Andrés – me llamó el director con una regla en la mano, y acompañado de dos profesores más – entra un momento – me invitó a su despacho.

Allá vamos… – pensé.
.

1 comentario:

Mar! dijo...

¡¿Para cuándo el siguiente?! Jum..